Herramientas y metodologías
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¿Cómo podemos saber si una gran idea tiene realmente potencial en el mercado?, o bien ¿cómo sabremos si ese producto despertará el interés de nuestro público objetivo? Para esto existe el Producto Mínimo Viable o Minimum Viable Product en inglés (MVP).
Esta estrategia está ganando cada vez más popularidad, sobre todo en el mundo de las startups, a la hora de desarrollar e introducir nuevos productos. La realidad es que muchas veces creemos tener una idea de producto que pretende ser revolucionaria. Sin embargo, pronto la realidad nos choca demostrandonos que no lo es, aún a pesar de nuestros esfuerzos de marketing.
Por este motivo, cualquier organización cuyo objetivo sea desarrollar un producto deberá conocer, y posteriormente aplicar la estrategia del MVP. De este modo, se descubrirá como el producto se adapta al mercado y al público objetivos.
El MVP o Producto Mínimo Viable es un término introducido y desarrollado por el reconocido empresario y escritor Eric Ries, en su libro “El método lean startup”.
La metodología lean startup establece pautas concretas para lanzar al mercado un producto nuevo, ayudando a acortar las fases de desarrollo, logrando minimizar el impacto de las fallas. Para esto se realizan mediciones y testeos continuos del progreso, apoyándose además en el feedback de los clientes.
Aquí es donde surge el producto mínimo viable como parte del método lean startup. Este consiste en un producto básico que sirve para recolectar y medir información de su desempeño en el mercado. Su objetivo principal consiste en evaluar su funcionamiento mediante pruebas, antes de iniciar una producción masiva del mismo.
Esta especie de prototipo requiere menos inversión de dinero y recursos, y posee las funcionalidades básicas del producto original, para ser presentado a clientes. Para esto se construye el MVP con los ajustes necesarios para que sea una representación lo más fiel posible al producto original.
Posteriormente, se desarrollan distintos métodos para medir y evaluar la información obtenida, y por último se aprende a partir de las respuestas del mercado. A todo este proceso se lo denomina comúnmente crear/medir/aprender.
No obstante, si bien mencionamos que es una estrategia utilizada con frecuencia por las startups, hoy en día muchas empresas, medianas y grandes con trayectoria lo están aplicando también.
A continuación nos enfocaremos en las ventajas de aplicar esta valiosa herramienta en tu negocio independientemente de su tamaño y trayectoria.
Ahora que ya sabes la importancia de tener un MVP en tu negocio, es momento de definir cómo desarrollarlo. Utiliza las siguientes claves como guías para adaptarlas a tu compañía.
Recuerda que cada organización tiene sus propias estructuras y mercados determinados, por lo cual no hay un único procedimiento de desarrollo de MVP para todos por igual. Se trata de utilizar estos principios fundamentales y adaptarlos al producto y nuestro negocio.
Este es el primer paso en la creación de un MVP. Aquí es donde debes preguntarte qué necesita tu mercado, qué solución se les brinda a través del producto, por qué el público debería elegir tu producto y no el de la competencia. Al responder estas preguntas podrás definir de manera concreta tu propuesta de valor.
No se debe caer en el error de querer venderle a todos. Define cuál es tu audiencia, tu nicho, para no desviarte de la idea de producto original. Si defines cuáles son tus clientes objetivos podrás desarrollar un producto que responda a sus requerimientos.
Una audiencia amplia y sin definir será muy difícil de encantar y se corre el riesgo de desvirtuar el propósito original del producto. Recuerda, al intentar querer venderle a todos, no terminarás vendiéndole a nadie.
Este punto no implica plagiar ni emular absolutamente todo lo que hacen tus competidores. A través de un análisis de la competencia puedes detectar sus puntos de dolor para usarlos a tu favor y volcarlos en la propuesta de valor.
Puedes analizar sus interacciones en las redes sociales, el feedback de sus clientes en los diferentes canales, que productos ofrecen e incluso hasta puedes probarlos para tener información más abarcativa.
El tiempo de desarrollo del producto, como hemos mencionado, debe ser breve para ser introducido al mercado lo antes posible. Esto se debe a la amplia oferta de productos y las tendencias fluctuantes que hace a los consumidores más exigentes.
Además, establecer plazos es crucial para obtener inputs reales y efectivos. Un tiempo de exposición del producto en el mercado en exceso breve por ejemplo, puede arrojar datos incompletos y llevar al negocio a tomar decisiones incorrectas.
La respuesta del cliente es fundamental para un MVP. Antes de lanzar el producto, hay que determinar mediante qué canales recibiremos el feedback. Ten en cuenta que si no encuentras una forma directa de obtener una retroalimentación sobre tus productos, el MVP carece de todo sentido.
Una vez recolectada y analizada la cantidad de información suficiente, se pueden aplicar los cambios necesarios para adaptar el producto a las demandas de los clientes. Ten en cuenta que si hay demasiados cambios para introducir, probablemente debas continuar recolectando información más específica.
Desarrollar e implementar un MVP no es una tarea sencilla pero sí necesaria en cualquier negocio. Si bien es un método ampliamente utilizado y recomendado para startups, no se debe descartar su aplicación en empresas ya establecidas. Mediante su aplicación se obtendrán grandes beneficios para el negocio, desde el ahorro en costos hasta la optimización de procesos.
Una transición de esta magnitud requiere de la ayuda de profesionales con una visión holística y experiencia en negocios. Externa, es tu aliada para ayudar a escalar tu negocio y llevarlo al siguiente nivel. Nuestros equipos de experimentados profesionales realizan un análisis completo de toda la organización, acompañándote y trabajando contigo durante todo el proceso de transformación.
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